Nutrición, sobrepeso y obesidad

La nutrición es el proceso a través del cual el organismo obtiene de los alimentos la energía y nutrimentos necesarios para el sostenimiento de sus funciones vitales. La ingestión inadecuada de alimentos en cantidad o calidad y el deciente funcionamiento del proceso, ocasionan una mala nutrición que puede ser por déficit (desnutrición) o por consumo excesivo (obesidad o sobrepeso). Una buena nutrición se consigue con un adecuado consumo de alimentos, y si a eso se agrega un estilo de vida activo, se obtiene como consecuencia una buena salud. El consumo de alimentos sanos y adecuados retra- sa la aparición e incluso previene enfermedades graves como el cáncer, la diabetes mellitus, las enfermedades del corazón y vasculares y mejora la calidad de vida en general. En cambio al sobrepeso y a la obesidad se les asocia con un aumento en el riesgo de sufrir enfermedades crónicas no transmisibles.

La obesidad es una enfermedad crónica que se reconoce como una epidemia mundial. Está presente en países desarrollados y no desarrollados. Se presenta tanto en niños como en adultos y ha ido reemplazando problemas de salud pública como la desnutrición y las enfermedades infecciosas.

Medición

El Sp/Ob es el resultado del desequilibrio entre la ingesta calórica y el gasto energético. Este desequilibrio provoca la acumulación en exceso de grasa corporal, que puede medirse de manera sencilla a través del Índice de Masa Corporal (IMC). El IMC o índice de Quetelet resulta de relacionar el peso en kg y dividirlo entre la talla en metros elevada al cuadrado; se aplica tanto a adultos como a niños entre los 2 y 1 años. Para los niños existe sobrepeso cuando el IMC se encuentra entre el percentil 5 y el 95, y obesidad cuando se encuentra por arriba o igual al percentil 95. La Organización Mundial de la Salud ha reco- nocido que un buen indicador para este problema es el IMC donde IMC > 25 denota “sobrepeso” e IMC > 30 denota “obesidad”.

El sobrepeso es un factor de riesgo que junto con la hipertensión arterial, las alteraciones de la glucosa y los lípidos sanguíneos, ocasiona el llamado “síndro- me metabólico”, trastorno que lleva a las enfermedades isquémicas del corazón y vasculares.

El consumo de alimentos sanos y adecuados retrasa la aparición e incluso previene enfermedades graves como el cáncer, la diabetes mellitus, las enfermedades del corazón y vasculares y mejora la calidad de vida en general.

¿La obesidad es una enfermedad?

La obesidad en los niños y adolescentes tiene múltiples manifestaciones médicas (niveles más altos de colesterol, presión sanguínea y resistencia a la insulina, problemas del sueño, asma y otras dicultades respiratorias); emocionales (baja autoestima y depresión; maltrato por parte de sus compañeros y familiares, exclusión social, prejuicio y discriminación), y socioeconómicas (menor aprovechamiento escolar, menor calidad de vida y deterioro de estatus socioeconómico). Asimismo, diversos estudios asocian el sobrepeso y obesidad en los niños y adultos con un mayor riesgo de contraer enfermedades crónicas como la hipertensión, diabetes, hipercolesterolemia, enfermedad cardiovascular, cáncer.

¿Qué la causa?

La aparición de la obesidad en países en desarrollo se explica por la convergencia de diversos factores: la globalización en la producción y comercialización de alimentos ricos en carbohidratos, y de alto valor en grasas saturadas (frituras, hamburguesas, pizzas) que se consumen a bajo costo; la acelerada urbanización que lleva a caminar menos, por el uso de medios de transporte de motor; la pérdida de hábitos de ejercicio ante la falta de áreas seguras para esta práctica. Esta convergencia ha dado lugar a lo que se conoce como “ambientes obesogénicos”, en los que se han modicado los patrones y costumbres dietéticas junto con un menor gasto energético asociado con estilos de vida sedentarios. La falta de programas escolares de ejercicio físico, la abundancia de dispositivos de entretenimiento (juegos electrónicos que no demandan gasto energético), el excesivo tiempo invertido en ver televisión y la falta de políticas regulatorias del comercio de alimentos no saludables, son otros factores que participan en el incremento de la prevalencia del problema.

Se les denomina “ambientes obesogénicos” a aquellos en los que se han modi cado negativamente los patrones y costumbres dietéticos, junto con un menor gasto energético asociado con estilos de vida sedentarios.

Algunas Recomendaciones

La obesidad y el sobrepeso son prevenibles mediante cambios en los estilos de vida. Las recomendaciones generales mínimas para evitar y controlar el sobrepeso son:

1. Hacer ejercicio. El ejercicio debe permitir la utilización de músculos largos, como es el caminar, correr, brincar, bailar.
2. Reducir el sedentarismo. Mirar menos tiempo la televisión; evitar ver la televisión y comer al mismo tiempo.
3. Evitar el uso exagerado del automóvil y estimular la caminata en la vida diaria.
4. Enfatizar los cuidados dietarios en los niños de 5 a 7 años de edad y de 12 a 16, porque son los periodos críticos de la obesidad.
5. Enfatizar el cuidado dietario en el control prenatal y promover que después del parto los niños sean alimentados al seno materno.
6. Reconocer que la obesidad es un problema, no un símbolo de salud.
7. Reconocer que no es adecuado consumir alimentos de baja calidad.
8. Reconocer que se debe aumentar el consumo de alimentos como vegetales verdes y amarillos frescos y limpios y frutas y verduras.